Carlos, hoy todo es más gris

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“Hoy he vuelto a sonreír,

Hoy si sé que es lo que quiero,

Tengo ganas de vivir,

Proclamarlo al mundo entero:

he encontrado un gran jardín…”

El primer verso es el quinto, si se puede cambiar se cambia…

Buen día Ángel.

2 de mayo de 2020.

Carlos es, era, uno entre todos nosotros. Un caso único en algunos aspectos, un caso común entre otros. Excepcional por su voluntad de testimonio (ese video del sudorífico). Hablamos en muchas ocasiones plenamente sobre la vida, extremadamente sincero, con sus problemas, con su facilidad de palabra en cada momento, siempre con la mente muy clara.

Todo lo tenía muy bien ensayado, hablaba deprisa de todo lo que creía importante, lo había pensado muy bien antes, jamás dejaba nada en el tintero. Muy inteligente, vacilón –los que no lo conocían pensaban en la soberbia-, generoso, muy generoso.

Me está costando mucho escribir esto esta noche. Y prometo no meter la pata.

A Carlos siempre lo escuche con mucho respeto, me alegraba verlo, un gran sentido del humor, siempre al límite.

Hace unos días recibí un email de un pedido de esos que se hacen “cuando abran los bares”. El comentario, ingenioso- como no iba a ser así-  “Esta bien. Lo he conseguido, ahora no me puedes decir que no me pones la ultima”.  

Siempre la penúltima, te recordaba siempre, cabrón.

Tranquilo Carlos, sabes que te queremos, que no vamos a olvidar que esa penúltima nos la vamos a tomar contigo, de hecho ya lo estamos haciendo en esta puta noche de Mayo. Hay tormenta, Carlos. Nos has dejado solos en esta mierda.

La que te gustaba.