Desescalada en un país?

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Por Rubén Sánchez.

Las medidas generales propuestas, poco  concretas pero muy cautas y realistas nos colocan en un lugar importante como personas, lugar que reclamamos de forma reactiva y solícita de forma rutinaria cuál respuesta condicionada en nuestro día a día, yo como individuo social,  interpreto el mensaje desde mi inexperiencia e incapacidad por desconocimiento, con doble filo; uno dirigido hacia nuestro ansioso “Yo”, el protagonista y el otro hacia la dinámica concreción de las medidas tras la empírica evaluación de nuestros comportamientos; desde nuestra manera de saber utilizar un método de protección barrera hasta la forma de saber prescindir de las que nos pueden comprometer social y personalmente, es una propuesta de confianza condicionada a demostrar que aprehendemos  individualmente y por tanto nos empoderamos como comunidad, hechos que se podrán cuantificar positivamente si nuestro proceso de aprendizaje personal activa nuestras capacidades más empáticas,  posicionemos nuestro “Yo” en lugar de quienes dependiendo de mi comportamiento podrán o no ejercer el suyo, sintamos su necesidad tal y como vivenciamos la propia.

Es la oportunidad de realizar un ejercicio de madurez y tener “clarito” que el premio será para todos, para compartir, no para nutrir  los insaciables “Yo” sin menoscabo de quienes seguro utilizarán la punta de los filos del mensaje para clavar la daga sobre las inteligencias más susceptibles (“El Juego de los Bulos”).
Cuando se abre una senda nueva en un lugar desconocido, una ferrata  sobre una roca inhóspita, si es que aún quedan lugares así, se hace más sencillo el hacerla más segura, directa, identificable e incluso valorable, además , se les da nombre, el de quienes se la curraron. En nuestro país? en la mayor de las ocasiones, se registra, se le busca rendimiento directo y por supuesto, soporta críticas de personas que en tres vidas que tuvieran no saldrían del asfalto.
La actitud empática me aporta soluciones en tiempos desfavorables pero la perspectiva desigual lleva de su mano la invasión destructora, espero no volver a sentirla jamás.