Por Lorena Blanco.
El día Internacional de los Trabajadores, o también conocido como Día del trabajo, se celebra desde el 1 de mayo desde 1886. Tiene su origen en Estados Unidos, más concretamente en Chicago, como consecuencia de las reivindicaciones de diferentes causas relacionadas con el trabajo.
Nos hemos acostumbrado a la “teórica” jornada laboral de 8 horas, o 37´5 horas semanales, pero esto no siempre fue así. Durante mucho tiempo, las fábricas fueron lugares de trabajo donde hombres, mujeres y niños (incluso ancianos), trabajaban más de 12 horas sin descanso por un sueldo miserable. Apenas descansaban, no se recuperaban y el ocio era una quimera. El único límite que existía era no hacer trabajar a una persona más de 18 horas seguidas sin causa justificada, y la multa era de 25 dólares.
Unos años antes, en 1874, ya se fraguaba la idea de la jornada laboral de 8 horas; los pioneros fueron los obreros ferroviarios, y en 1881 se fueron sumando distintas organizaciones creándose la Federación Americana del Trabajo.
El 1 de mayo de 1886, el sindicato mayoritario de Chicago inició una huelga, donde los enfrentamientos con la policía fueron tremendamente violentos. El 4 de mayo, se convocó una concentración en la Plaza de Haymarket, un artefacto explotó, muriendo un policía. De aquel suceso, hubo muchos detenidos, de los cuales 5 fueron ahorcados: 3 periodistas, 1 tipógrafo y un carpintero. Se les conoce como ”los mártires de Chicago”.
En memoria de estos 5 mártires de Haymarket y en honor a la lucha por la jornada laboral de 8 horas, se celebra el Día Internacional de los Trabajadores.
Aun así, la jornada laboral de 8 horas en EEUU, no fue aprobada hasta 1935 con el presidente F.D.Roosvelt.
En España, Carlos Ibáñez del Campo en 1931, firma un decreto mediante el cual se declara feriado el 1 de mayo.