«Dios es el único ser que para reinar no tuvo ni siquiera necesidad de existir». Charles Baudelaire
En una sociedad como la actual, sumida en unas ideologías obsoletas y unas tecnologías destructivas, no paran de aparecer nuevos gurús de las religiones.
Cuando se nos habla que el hombre tiene un espíritu religioso innato en sí mismo, yo creo que de los que estamos hablando es de un mito en el sentido clásico de la palabra. No existió más que como forma de explicar la realidad en una etapa infantil de la evolución humana, y también como forma de dominación de masas. La religión surgió en el Neolítico al mismo tiempo que la monarquía y juntas controlaron los procesos que dieron lugar a la agricultura (empleo de grandes masas de gente en la recolección y en la construcción de grandes infraestructuras de regadío).
No solo contribuyo la religión al control de masas para asuntos materiales, evidentemente.
En cuanto a lo trascendente, el gran problema de la sociedad era y todavía es la actitud ante la muerte, el miedo ante ella, y la angustia de no saber qué hay después. Todas las religiones tratan de sosegar a la humanidad y aplacar su angustia diciéndole que la verdadera felicidad está en la otra vida, para que así acepten mejor el sufrimiento y sometimiento de la vida presente. Casi todas las religiones conforman un hombre fundamentalmente estoico.
A la sociedad nos iría mucho mejor si en lugar de pensar en nuevas formas de religiosidad, tratáramos de buscar la verdad en la realidad tal como la percibimos y diéramos rienda suelta a nuestra espiritualidad interactuando con lo que tenemos a nuestro alrededor, que símbolos no nos faltarían en los fenómenos naturales y en las gentes que nos rodean.
En cuanto a lo material, pienso que formamos parte de los ciclos biológicos de las diferentes formas de energía del sistema solar donde nos ha tocado vivir, y para entender eso no hace falta para nada la intervención de un dios hacedor, sino que ocurre así simplemente por casualidad (azar objetivo), y ahí están todas las teorías científicas sobre el surgimiento de la vida en la tierra y su posterior evolución, que sería prolijo citar.
Nuestra sociedad necesita entrar en la edad madura evolutivamente hablando y que esto no tiene nada que ver con la búsqueda de un dios que nos dé una explicación totalizadora de la existencia, prometiéndonos la vida eterna en un paraíso para después del difícil trago de la muerte. Por supuesto que tampoco la solución este en sustituir ideología y religión por la actual sociedad tecnológica. Antes bien se trataría de utilizar la ciencia y la tecnología como herramientas que nos ayuden a solucionar las diferencias socioeconómicas cada vez más abismales en una sociedad controlada por un poder muy apegado a las doctrinas religiosas.
En definitiva, cada persona tiene en su mano la responsabilidad de dar sentido a su vida, por supuesto y mejor aún, en relación con los demás y la naturaleza que nos rodea. El resto es sumisión y control.
