Son muchos los trabajadores que estos días tendrán que llevarse la comida en un taper ya que los restaurantes y bares donde comían habitualmente han sido cerrados por los diferentes gobiernos autonómicos. Sin embargo, en la comunidad de Madrid los locales pueden seguir abiertos. Y uno de ellos es el que utilizan sus “señorías” en el congreso de los diputados.
Cuando se supo en 2013, que en el bar del congreso podían tomarse gin-tonics por solo 3,45 euros, saltó la polémica. Lo peor de todo es que este dato solo era la punta del iceberg.
Cañas a 0,96 euros, cafés a 0,88 y desayunos a 1,08. El menú a 7,80, que ya me gustaría saber de qué tipo de menú se trata. Esta tarde, en el programa El Intermedio una periodista preguntaba a los diputados sobre esta cuestión y otras. Como siempre, la mayoría de ellos no tenían ni idea lo que pagaban ya que casi todos no llevan metálico y pagan con tarjeta. El único que dio un precio en concreto- el menú a 7,80- fue Iñigo Errejón. A José Luis Rodríguez Zapatero no se le ha podido preguntar pero seguro que sigue pensando que un café vale 0,80 euros.
Lo más vergonzoso del asunto es que estos precios están subvencionados. El Congreso español destina cerca de 1,2 millones de euros para subvencionar el bar que hay en sus instalaciones, según informa Voz Populi. Y esta subvención la esconde bajo el concepto de “trasferencia a empresa privada”. Y esto no es nada. Todos los ministerios, instituciones y organismos públicos mantienen también subvenciones para «economatos y comedores”, según afirma este medio. Un ejemplo sobre los precios en el ministerio de trabajo lo tenemos en el siguiente tuit de un periodista en 2018:
A día de hoy los precios siguen siendo los mismos, o han bajado.
Esto es lo que tenemos: los hosteleros de gran parte del país con sus locales cerrados, los clientes que no tienen dónde ir tirando de tapers y los «jetas» que nos gobiernan comiendo sus menús subvencionados.
