La historia de Lynyrd Skynyrd hasta el día 20 de octubre de 1977, cuando el grupo sufrió un accidente de aviación, fue una sucesión de discos y giras desenfrenadas. Lo que hasta ese momento había sido una felicidad sucesiva en la vida del grupo se tornó en tragedia camino de Baton Rouge, Luisiana.
En el accidente perdieron la vida el vocalista Ronnie Van Zant, el guitarrista Steve Gaines, la corista Cassie Gaines y el manager Dean Kilpatrick. El resto de la banda pudo contarlo.
A partir de ese momento la nostalgia se convirtió en una constante en cada disco y concierto de este grupo irreductible. Free bird, tema que siempre ha sido el punto final de cada uno de sus conciertos, convoca tantos sentimientos que casi siempre es cantado por el público de manera frenética. Es un himno a la libertad, a que la única manera de vivir es volando como un pájaro.
Lynyrd Skynyrd ha soportado durante décadas la mirada despectiva de otros estadunidenses acusándolos de racistas y muy dados al uso de las armas. Lo que alimento esta leyenda fue la ardorosa defensa de las tierras del sur de EEUU en Sweet home Alabama, un tema que escribieron en respuesta a otro de Neil Young donde decía todo lo contrario. En alguna ocasión bromeaban sobre este tema. “Planeamos tocar junto a Neil en algún concierto. Le apreciamos mucho. Sería curioso que apareciera por el escenario en el momento en que cantemos eso de no queremos ver a Neil merodeando por aquí…” decía con sorna el vocalista de la segunda etapa del grupo.
En realidad este estigma lo achacaban a “que ellos procedían del sur, y eso significaba cargar con la leyenda del esclavismo”. Sin embargo las cosas han cambiado mucho. Y tampoco soportaban que los llamaran racistas cuando en “su grupo las coristas eran de color y su música era todo un homenaje al Blues”. Y más significativo es su tema Saturday night special, donde invitan a todo el mundo a que hundieran las armas en el fondo del mar.
Todos los integrantes, en la segunda etapa del grupo, tuvieron un máximo respeto al pasado del grupo, y aunque esa mirada se hace irremediable, la banda siguió su camino siempre fiel a tres guitarristas sobre el escenario, grabando varios discos muy respetables, algún álbum acústico y un doble disco en directo.
En palabras de Van Zant “nuestra música es una música real para gente trabajadora. Hablamos de lo que ocurre de verdad en esta vida, nada de fantasías y demás chorradas. Es country y tocado al límite.
Sin pedir disculpas, si no los reconoces es que no tienes los oídos bien abiertos.