Fue en una clase de instrucción moral y cívica que dictaba el profesor Paty a sus alumnos. Este tipo de materias son obligatorias en los colegios de Francia. Temas como la secularidad, la pena de muerte, el aborto y la libertad de expresión se debaten entre profesores y alumnos. Para hablar sobre esto último el profesor asesinado mostro las famosas caricaturas que la revista Charlie Hebdo publico en su momento mostrando una valentía fuera de lo común.
El profesor advirtió que quien no quisiera verlas- era consciente de la existencia de alumnos musulmanes en ese momento- saliera del aula o no mirase. Pocos días después se recibieron quejas y se pidió la dimisión del profesor.
Las amenazas fueron constantes a partir de ese día, especialmente por el padre de uno de los alumnos, que incluso subió un video a las redes sociales instando a los demás padres a presionar al colegio para el cese inmediato de Paty.
Pocos días después fue atacado por la espalda por un tal Abdoulahk A., checheno nacido en Moscú y en calidad de refugiado en Francia. El ataque fue brutal llegando al punto de decapitarle la cabeza y posteriormente publicar las fotos en Twitter. Dantesco.Según las investigaciones realizadas hasta este momento se cree “que el profesor fue señalado por varios de sus alumnos al asesino, quien no estaba del todo seguro de su identidad pero a cambio de dinero, los jóvenes terminaron facilitando el camino para que el maestro fuera asesinado”.
Toda la gente que ha definido a Samuel Paty lo ha caracterizado por ser una excelente persona y mejor docente. Las manifestaciones en Francia, a pesar de la pandemia, han sido multitudinarias. «Seguiré enseñando mi programa. No tengo miedo» han sido las palabras de otro profesor. «Es un acto muy firme. Hay que demostrar que no tenemos miedo», recalcó una mujer que llevaba una caricatura de Mahoma en sus manos.
Ahora la sociedad y el gobierno de Francia se preguntan por los motivos y las causas de este tipo de atentados. Posiblemente la base de todo ello está en dos factores: el pasado colonial de Francia y en la mala planificación de la asimilación de todos los inmigrantes en el propio país: guetos con diferencias económicas enormes a otros núcleos sociales de los ciudadanos franceses en origen. Se reconoce que el “islam radical está echando raíces porque la República ha abandonado la cuestión social por la opción represiva”. Y en este caso, el del maestro, es evidente que ha sido un ataque cuestionando los valores de la república francesa y todo lo que ello significa.
Mirar para otro lado adoptando solo medidas represivas no evitara futuros ataques. Lo peor de todo es que nadie devolverá la vida a este profesor, un hombre que creía en el laicismo y la libertad de expresión con todas sus consecuencias.
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