Naturismo: el relax y los prejuicios

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La semana pasada, entre el calor, el trabajo, y los problemas, mi santo me dijo que me notaba muy nerviosa… después de charlar y tomar algo, al final me propuso tomarnos el fin de semana: desde el viernes al mediodía, hasta el lunes por la mañana. Soy autónoma, así que, algo puedo hacer al respecto.

Nos pusimos a buscar y encontramos un Resort a un precio imbatible en agosto, que rezaba: Lavinia Naturist Resort.

Sabiendo donde nos metíamos, reservamos para 3 noches.

Nosotros hemos ido más de una vez a playas nudistas, pero nunca habíamos ido a un Resort Naturista. Una experiencia absolutamente nueva para nosotros.

Yo pensaba: “con lo descarada que yo soy, al primer pellejo que vea me descojono”. Nada más lejos.

El complejo constaba de 4 casitas o bungalows, más la de los dueños; 2 piscinas, 1 sauna y una bañera hidromasaje al aire libre.

Empezamos a ir y venir un poco a nuestro aire, llegamos el viernes por la tarde, y salimos a cenar al pueblo. Al día siguiente, sábado, nos fuimos (vestidos) a la playa. En ese momento, salió detrás nuestro Wim, el dueño (belga), y nos comentó, en su escaso español, que los domingos había un desayuno buffet. En aquel momento, miré a mi santo, pero no esperé aprobación, sentí que tenía, aunque sólo fuera por cortesía, que decirle que sí.

Ciertamente, cuando volvimos de la playa, nos bañamos en la piscina, que estaba a una temperatura increíble, en pelota picada… y oiga, que maravilla.

Desayunamos con una pareja inglesa que vive todo el año en Almería, en una zona nudista, también con Ana y Wim, que son los dueños del Resort. Ese mismo día, Ana hizo una paella para cenar (bueno, un arroz) por ser nosotros españoles.

Nunca pensé, que me iba a olvidar de estar desnuda. Pero fue así. No me miraban. En ningún momento me sentí observada de forma especial o lasciva. En absoluto. Llegué a olvidarme de que no llevaba ropa, y disfruté de la conversación y la compañía.

Es toda una experiencia.

Yo no soy naturista. Ni todos los veranos me voy a meter en un resort de este tipo. Pero recomiendo la experiencia. Te olvidas de tus complejos, de si estás fofa, de si tienes barriga, de si te miran… Los complejos se esfuman. Es una cuestión de educación.

A la vuelta hacía una reflexión en voz alta: a los que nos han educado en la fe católica o cristiana, ya en el Antiguo Testamento, en el Génesis, nos habla de como Adán y Eva iban desnudos, y oiga estaban tan pichis en su inocencia; pero cuando cometieron el pecado original, fue cuando se dieron cuenta de que estaban desnudos y se avergonzaron. Desde bien prontito se nos hace ver que es pecado.

Todo es con los ojos con los que queramos mirar.