Hay días que siento vergüenza de ser español

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Luis Cernuda afirmaba que era español porque no podía ser otra cosa.

Esto no va de borbones, ya quedara tiempo de hablar de ellos y de todos los que han mirado para otro lado mientras el emérito de forraba.

Está claro que en esta crisis sanitaria que estamos viviendo (unos más que otros) el sector perjudicado por excelencia va a ser la hostelería. Si a esto le sumamos que la deuda que va a contraer el país para las siguientes generaciones supondrá un lastre enorme y difícil de asumir, ya podemos irnos preparando.

Sin embargo, los privilegiados de siempre van a pasar esta crisis de puntillas y escondidos, por si las mocas. Lo que tenemos en este momento y lo que nos espera para los próximos años no va a ir con ellos. Les importa un carajo si puedes llegar con tu negocio a fin de mes, si eres capaz de pagar todas las facturas, los alquileres, las cotizaciones. Demostrado queda cada día que viven en el limbo. Mientras todos los negocios han tomado las medidas adecuadas de seguridad e higiene, han tenido que despedir a empleados (y los que nos queda), asumen sin rechistar horarios, estos privilegiados siguen a lo suyo.

Todos ellos cobran sus nominas religiosamente a fin de mes y pasan los recibos fiscales sin inmutarse. La prensa oficial subvencionada calla y otorga, las medidas que se toman se hacen de manera discriminatoria (al que le va bien calla y otorga).

Sobre los políticos mejor no hablar, solo hace falta mirar las encuestas y ver que se encuentran en primera posición en cuanto al rechazo por la mayor parte de la población, ¿no significa nada para ellos estas encuestas? ¿tan alejados están de la realidad? ¿no saben que hay gente pasando hambre en este momento? Buen estomago, sinceramente.

A los empresarios hosteleros ya no les sorprende nada. Se están cargando uno de los sectores económicos principales de este país y ni se inmutan. Desde hace años todos son medidas represivas para todos los hosteleros que llevan años soportando el botellón. Tiene que surgir una crisis sanitaria para que actúen y se tomen medidas ante un fenómeno que ya lleva mucho tiempo instaurado en nuestra sociedad, en muchos casos con el beneplácito de la administración.

Después están los otros: los que nos machacan con sus recibos y licencias. Llámese Gersul, eléctricas o Sgae, por poner tres ejemplos. Los de Gersul nos la van a meter doblada, las eléctricas se siguen poniendo las botas con las tarifas más caras de toda Europa, y los últimos, los chorizos de la Sgae (el termino chorizo es muy apropiado pues se trata de una mafia permitida por los famosillos y artistillas que ha dejado un rastro de robos que llenaría páginas de diarios si estos fueran verdaderamente objetivos). Con la crisis que está viviendo la hostelería (y otros sectores que también pagan el canon) emiten sus recibos sin contrastar cual es situación de cada negocio. Que les importa a ellos, lo importante es recaudar y a vivir, que son dos días.

Como decía “hay días que siento vergüenza de ser español”, y no es fácil. Pero todos estos privilegiados lo hacen. Siempre quedaran personas honestas y trabajadores pero que nadie me venga con una bandera de España ni con minutos de silencio. Los que han sufrido esta crisis, las personas que han perdido a sus familiares, los que de verdad están luchando, se la van a comer ellos solitos y la factura queda muy claro quién la va a pagar, y no van a ser ellos, los privilegiados. Que sabrán ellos del estrés al que estamos sometidos los trabajadores de la hostelería. Además, hablando mal, les importa una mierda.