Mi costumbre

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Hoy jueves 25 de junio, mi santo y yo, cumplimos 9 años de casados, aunque tenemos una vida de convivencia algo más larga.

A veces, para recordar exactamente cuántos años son, tengo que tirar del archivo fotográfico.

Y tirando de archivo fotográfico, veo que nuestro primer viaje lo hicimos a Amsterdam en el 2014, el mismo año que empezamos a vivir juntos, y así recuerdo el año que empezó nuestra relación. Ya sé que es poco romántico, pero nos lo pasamos teta… (vaya tela).

Nos conocimos en una Red Social que ya no existe, y a los 3 meses decidimos irnos a vivir juntos… bueno, porque tú insististe mi santo, porque yo no tenía tantos huevos. Pero tú eras (y eres) un tío seguro de ti mismo. Eso me cautivó de ti. Yo hacía 2 años que había llegado a la capital desde “provincias”, y como me dijo un amigo un día, tengo cara de paleta honesta. Cierto es, qué en estos años, algo he espabilado.

Cuantas experiencias desde entonces, cuantos problemas superados, cuantas alegrías y cuantos disgustos… Incluso hemos estado separados en algún momento.

Los dos veníamos de matrimonios anteriores, y todo hay que decirlo, yo te pedí que te casaras conmigo, porque te resistías jodío. ¿Recuerdas la boda? Joder… no paré de llorar desde que salimos de casa, hasta que salimos del Ayuntamiento de Cercedilla…  que llantina. Una vez que llegamos a casa y nos tomamos el primer vino, se me fue la congoja.

Don Miguel de Unamuno, llamaba a su esposa Concha Lizárraga “mi costumbre”.

Si, es posible que te hayas convertido en “mi costumbre” y yo en la tuya 16/17 años después, sabemos cómo reaccionamos cada uno, lo que nos gusta y lo que no soportamos; sabes que a veces te miro y te digo: “estás pensando en tal cosa”, y acierto… y entonces me río y te comento que lo sé por ese chip que te inserté mientras dormías.

Me gustan nuestros 5 minutos después del desayuno en la cama. Ese remoloneo en el que discutimos por quien se ducha primero. Te hago el “Inés”, y tú me vuelves a roncar.

A pesar de los problemas, yo no entiendo la vida sin ti, y creo que a ti te pasa lo mismo, y si hemos superado tantos problemas juntos, es porque nos queremos.

Es mi reconocimiento a estos años de alegrías, penas, tus aguantes por mis problemas, y mis aguantes por los tuyos.

Te quiero F.