LA POESÍA DE GEORGE WALLACE EN ESPLÉNDIDA VERSIÓN ESPAÑOLA
1. EL POETA Y SU TRADUCTORA: APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA
George WALLACE (Hempstead, Nueva York, 1949) es un poeta, promotor y difusor de la poesía de fama internacional. A nuestro juicio, representa, en el siglo XXI, lo que el inmortal Walt Whitman en la segunda mitad del XIX, a quien aquél debe no poco, tanto en la concepción lírica como en su propósito social y de denuncia. Es la suya una poesía más épica que lírica, si se nos permite el matiz genérico, stricto sensu; esto es, más narrativa, más de contar que de cantar, más de relatar sucesos o hechos, aconteceres y describir personajes con sus sueños, añoranzas o debilidades y nostalgias; con todo su mundo interior a cuestas; lo que acerca a esta poesía, a veces, al monólogo interior o al diálogo directo en ciertos poemas que representan escenas dramáticas. Pero, a su vez, no desdeña su autor lo propiamente lírico y retórico, como pueden ser los retruécanos o juegos de palabras, así como valientes tropos de carácter eminentemente surrealista. No exento -y con ello concluimos- de musicalidad y ritmo accesible a un público abierto y variado. Música propia del profundo conocimiento de la misma en el poeta y autor. Sin olvidar, asimismo, las huellas palpitantes de la cultura Beat y el compromiso social, siempre presente.
María Del CASTILLO SUCERQUIA (Barranquilla, Colombia, 1997), la traductora, que es una joven intelectual insultantemente joven, con veinticuatro años recién cumplidos, es, entre otras múltiples ocupaciones, trabajos y labores intelectuales, escritora y poeta bilingüe, así como una reconocidísima y galardonada traductora políglota. Está llamada, a nuestro juicio, a figurar en el parnaso de las letras colombianas por su ingente labor cultural.
2. EL POEMARIO BILINGÜE Y SU TRADUCCIÓN
Consta dicha selección, o libro antológico de la poesía de G. Wallace, de veintidós poemas, en puridad, elegidos, a la sazón, por el propio autor estadounidense para esta publicación y traducción al español de la joven colombiana Castillo Sucerquia . Ahora bien, de esos veintidós poemas, en origen, ha brotado otro nuevo: recreación de la poeta y traductora, que figura, a modo de Índice o Contens, como poema inicial o pórtico del libro, donde, a la manera de centón, se tocan y plantean en prolepsis varios de los contenidos que encontrará el lector más abajo, en los veintidós poemas wallaceanos.
Para que tenga el lector una idea clara del poemario, y, dada su brevedad, oportuno nos parece presentarlo aquí como muestra de la originalidad de la autora y noticia de una ocurrencia ensalzada por el propio, y muy sorprendido al respecto, G. Wallace:
Contenido
el beso
un salvaje pájaro enjaulado en las costillas de un viejo ¡una pesadilla!
tenía que hacerse
la pronunciación de todas las gracias animales
el pálido jinete
y París, un moribundo cisne en el infinito arco del sol
es el futuro un eterno confín de peras
bajo una cubierta de hojalata
en la lluvia tropical
el jinete cabalga en el rodeo del cielo
por la Allegheny azul de la niebla
es hombre, amo y servidor de la máquina
avanza entre Dakota y los dos viejos pendejos
dice, adiós, Angelina
postales de Italia
pone los puntos sobre las íes
entre los poetas diplomáticos
¡ojalá pudieras sostener la mirada de tus hijos!
la única gran canción del Mediterráneo occidental
un océano de hierba que no triunfa sobre el progreso
mira, si esto es amor, déjalo ser amor
Uno, tras esta lectura, reiterada dos, tres, cuatro veces, se queda atónito. Atónito y admirado ante tanta belleza acumulada a ráfagas, con bruscas pinceladas sueltas y polícromas que van conformando el cuadro lírico: una representación pictórica y literaria, ora en metáforas puras: “un salvaje pájaro enjaulado en las costillas de un viejo» (B) por el corazón (A), ora en alegorías (cf. infra), ora en segunda persona de pretérito imperfecto de subjuntivo: “ojalá pudieras sostener la mirada de tus hijos!” ¿Quién? ¿Es el poeta desdoblado en un tú narrativo ante el espejo como en las novelas de los años sesenta? ¿Quién es este personaje ficticio? ¿Interpela al receptor?
O, cambiemos de pseudoestrofa: “el jinete cabalga en el rodeo del cielo / por la Allegheny azul de la niebla / es hombre, amo y servidor de la máquina / avanza entre Dakota y los dos viejos pendejos” El lector común se encuentra sorprendido ante esta intrincada alegoría que podría descifrarse, hermenéuticamente, de este modo: el jinete, de quien se habló más arriba en esta pieza, es un aviador surcando el cielo (campo semántico del oeste americano: cabalga y rodeo) sobre la cordillera Allegheny, para descifrar la metáfora: jinete (B) es el hombre (A). [Término real A, B término imaginario]. Donde, siguiendo con la alegoría, que es, recuérdese, sucesión de metáforas encadenadas, encontramos que máquina es metáfora pura (B), avión; representando, mediante elipsis, al término real (A) caballo. Empero, a su vez, esta semiestrofa es narrativa: se nos cuenta lo que hace ese aviador, así como la geografía
que recorre, y la posición interna en su caballo aéreo, el avión: con sus copilotos: dos viejos pendejos, descritos con tono jocoso, popular y mediante el recurso retórico de la aliteración, lo que es gran acierto de la traductora para hacer suyo el texto y la intención del autor. Algo fundamental en toda traducción de altura. En fin, por no hablar, en este muestreo del impagable poema sincrético y proléptico inicial, del verso que lo cierra: antológico. Diríase un verdadero aforismo dirigido a un tú indeterminado, ínsito en el propio poema: “mira, si esto es amor, déjalo ser amor”. Verso que cierra en estructura circular, como el ouroboros, toda la composición que se iniciaba, recordémoslo, con este verso nominal: “el beso”.
3. ALGUNAS NOTAS ESTILÍSTICAS
Como se echa de ver por el poema del exordio, fiel reflejo del estilo y la temática del autor neoyorquino, los poemas carecen de mayúsculas iniciales, así como de otras reglas ortográficas al uso: tales como mayúsculas en las semiestrofas, ausencia de punto final, y de punto y coma; dos puntos y otras reglas. Los poemas se presentan, en el original, la mayoría de las veces, mucho más breves sus versos que en la traducción. Como si este fuera una o dos palabras o breves sintagmas que saltan de verso a verso, como gotas de agua creando el poema. Caso de A WILD BIRD CAGED IN AN OLD MAN’S RIBS (“Un salvaje pájaro enjaulado en las costillas de un viejo»). Repárese, por cierto, en lo curioso de este título metafórico en forma de tan larga perífrasis que parece un argumento o resumen de una historia, además de ser una metáfora, como dijimos arriba. Ese es el tenor de la mayor parte de los títulos, que la traductora respeta al máximo. Pero no con la presentación de su versión, que ella acorta, más al estilo español y su lírica. Baste este poema como ejemplo. En la versión original ocupa 75vv., seguidos y brevísimos, sin apartados. La traductora, en cambio, opta por dividirlo en semiestrofas, dejándolo, a su vez, en 21 vv. Esa es la tónica general del libro del poeta neoyorquino y la versión al español, exquisita siempre, por otro lado, y fiel al original, salvo en esta mínima sutileza.
Estamos, pues, ante una gran versión de uno de los más grandes difusores de la poesía universal. Más que encomiar a su traductora, por su singular trabajo, que también, nosotros terminamos con la interrogación que encabeza, como cita intertextual, nuestra reseña, ¿no va a aparecer editor para estos veintitrés poemas que lo buscan? Si sumamos, la edición bilingüe casi alcanza la cincuentena. Un sublime gozo lírico.
Pedro crespo refoyo
DOCTOR en FILOLOGÍA HISPÁNICA
UNED (ESPAÑA)
Escritor y crítico literario