Carlo María Cipolla enunció, a mediados de los años setenta, “Las leyes Fundamentales de la Estupidez Humana”, junto con un ensayo titulado “El papel de las Especias (y la pimienta en particular) en el desarrollo económico de la Edad Media”. A este Tratado se le llamó: Allegro Ma Non Troppo.
Es curioso, porque Cipolla era un historiador económico, un economista formado en la Universidad de Pavía, la de París y profesor en la Universidad de California en Berkeley. Nada que ver con la filosofía o la sociología.
Este fue un tratado que lo escribió para sus amigos y allegados, pero comenzó a tener tal éxito de forma clandestina, y su circulación fue tal, que Cipolla decidió publicarlo en 1988.
Hace pocas semanas, tuve un desacuerdo con una persona con la que trabajo en un centro. Su actitud me pareció absolutamente estúpida, incongruente e insostenible… y en mi frustración, se lo conté a mi santo. Mi santo me recomendó leer este ensayo.
Se lee en media hora o poco más. Es inteligente, mordaz y divertido. Francamente, me alegró el día.
La Primera Ley Fundamental de la Estupidez Humana de Cipolla afirma: “por muy alta que sea la estimación cuantitativa de la estupidez humana, siempre quedan estúpidos, de un modo repetido y recurrente”. Dicho en palabras llanas, por muchos estúpidos que tú creas que hay en el mundo, siempre habrá muchos más.
La Segunda Ley Fundamental del ensayo sostiene que la probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona”. Traduciendo: da igual que seas alto, bajo, guapo, feo, chino, español, hombre o mujer, albañil o abogado… siempre se encuentra el mismo porcentaje de gente estúpida, aquí que en los cortadores de cabezas de la Polinesia.
La Tercera Ley Fundamental (Ley de oro) presupone que todos los seres humanos estamos incluidos en una de estas 4 categorías: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos. Llegado a este punto, recomiendo leer este maravilloso ensayo, porque sólo intentar explicar la Tercera Ley Fundamental, nos lleva a escribir un Artículo entero.
La Cuarta Ley Fundamental nos dice que “las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas”. Uno no puede asociarse o intentar estar a buenas con una persona estúpida, siempre te la va a jugar. Debido al comportamiento errático del estúpido, no se pueden prever por donde van a ir los tiros en sus acciones y reacciones, de modo que uno se va a ver afectado y arruinado por estas.
Siento no haber sabido transmitir toda la mordacidad que desprende este ensayo de Cipolla, pero por lo menos, espero haber despertado la curiosidad de los lectores para que se sumerjan en una media hora de lectura inteligente y divertida.
Y, por supuesto, aléjense de los estúpidos, las consecuencias pueden ser nefastas para su salud.
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