Minucioso e inagotable, increíble observador, Elías Canetti recopilo un amplio catalogo con apuntes en los que atrapaba observaciones y pensamientos que más tárdele servirían para desarrollar la escritura de sus libros. “No podré callar ni siquiera en la muerte”, escribe Canetti en una anotación de 1970. Un hombre que pensaba que callar sería “lo mejor”.
En los aforismos lo que subyace es la palabra rodeada de silencio, lo cual prima a la palabra de una objetividad inapelable. Canetti pensaba que “todo conocimiento suelto será valioso mientras se mantenga aislado. Si este cae en el sistema se diluye en nada”.
Como Canetti, muchos de nosotros, llegados a los 55 años, buscamos una manera de aprender a hablar de nuevo. Para ello solo nos queda liberarnos de prejuicios aunque lo perdamos todo. Se necesitan instrumentos que nos ayuden a conseguir una regeneración en el uso de las palabras y de sus procesos constructivos.
Hay una convicción inexorable en los aforismos de Canetti: todo hombre, si consigue plasmarse en un apunte, es un ser estimulante, sorprendente y difícil de sustituir.
Lo que a continuación suscribo son algunos de sus mejores apuntes, convertidos en brillantes aforismos.
“Lo perfecto no deja entrar a nadie”.
“Solo está vivo quien deja que le molesten. Los que no son molestados, ya están muertos”.
Sobre los hombres
“Los hombres a los que conocemos hace mucho tiempo resultan inquietantes porque sabemos muchísimas cosas sobre ellos, las vemos todas a la vez ante nosotros y nos parecen más de lo que en principio podría caber dentro de un ser humano.
Ese desbordamiento de los hombres a los que conocemos hace tiempo… y la amenaza de ahogarse en él.
Pero ellos raras veces piensan en todo lo que saben de nosotros. La mayor parte se les ha olvidado, el resto es falso, para ellos seguimos tan frescos como el primer día”.
“Una pasión intensa tiene la ventaja de que obliga al hombre a superarla con astucia y, de paso, a conocerla también con precisión”.
“Hay un caos enorme en su interior, y eso lo llena de orgullo; ninguna generación futura se petrificará dentro de él”.
Sobre el tiempo
“No olvidamos nada, y lo olvidamos cada vez menos”.
“Huelga: todos decidieron no abandonar nunca más sus casas. A partir de ese momento no se volvió a abrir puerta ni ventana alguna. Así fueron encontrados tres mil años después, huesos intactos en casas intactas, la única civilización que llego a ser totalmente conocida”.
“No digas que es demasiado tarde para algo, ¿cómo puedes saber sí no te quedan treinta años más empezar una nueva vida? No digas que es demasiado pronto para algo, ¿cómo puedes saber sí dentro de un mes ya no estarás y otros aún podrán sacar vida de entre tus últimos escombros?”
Sobre la verdad
“Las historias verdaderas que uno cuenta son falsas; a las falsas les queda al menos la posibilidad de llegar a ser verdaderas”.
“Quien conoce la verdad de un hombre, lo destruirá, a no ser que calle. Es difícil callar ante personas que vemos a menudo. Hay que decirles cosas que les ayuden sin poder cambiarlas. Las ayudamos hasta que se hacen una imagen falsa de sí mismas, y nosotros somos responsables de esa imagen”.
“Para algunos la búsqueda de la verdad se convierte en algo así como coleccionar escarabajos. Sus escarabajos se ven todos iguales, grises y sospechosos”.
Sobre la muerte
“Preciosa es la inocencia del que jamás ha matado. Hasta el último momento sabrá que nunca ha matado. ¡Y que los asesinos se mofen! En todos los cielos e infiernos buscarán en vano a aquéllos a quienes dieron muerte. La venganza a la cual se ofrecen jamás les será concedida, y seguirán siendo asesinos por toda la eternidad”. “No basta con decir que todo es muerte. Por supuesto que todo es muerte. Pero también hay que decir que, por inútil que parezca, nos oponemos con dureza y encarnizamiento a la idea de todo es muerte. La muerte-sin ningún engaño trivial- debe perder su prestigio. La muerte es falsa. Y es propio de nuestra condición encontrarla falsa. Quien por honestidad no hace sino pregonar que sólo existe la muerte, la fortalece”.
