Estamos acostumbrados a que nos digan lo que queremos escuchar a través de los medios de comunicación y las redes sociales, pero ¿qué hay de verdad y qué hay de mentira? La información fluye en estos tiempos de manera continúa y dispar, creando en el receptor una amalgama de ideas, comentarios y percepciones de la realidad que no concuerdan por lo general con lo que realmente sucede.
En estos momentos de tensión con el Reino Alauita, o bien podíamos llamarlo el Reino de Mohamed VI, que al igual que su padre Hassan II, gobierna el territorio con mano firme, teniendo a sus súbditos bajo un régimen más feudal que lo que alguno se piensa; teniendo controlados los medios de comunicación, así como el oligopolio de la red industrial que genera el territorio, y que da pingües beneficios al monarca.
Después de la marcha verde, por la que parte del territorio del Sahara Occidental, y por lo tanto territorio español, fue arrebatado a los propios habitantes, mediante una maniobra orquestada y consentida por los EEUU. El peso de Marruecos en la zona del Magreb, y por tanto escudo ante el radicalismo islámico, así como su situación geoestratégica ha motivado que por parte del imperio yanqui, firme alianzas y cooperación con dicho régimen dictatorial. La mayoría de los recursos naturales del Sáhara Occidental es expoliado por empresas americanas, francesas y japonesas, importando la mayoría de las minas de fosfatos a dichos países, lo que genera unos 1500 millones de dólares al año que van directamente a la cuenta de Mohamed VI, lo que le hace que sea una de las fortunas más importantes a nivel global.
La situación de España con Marruecos, nos lleva a tener una doble vara de medir, por un lado las buenas relaciones como países vecinos, y por otra, a lo largo de la historia con diversas crisis diplomáticas, siendo esta última un órdago que estuvo preparando Mohamed VI para incrementar su poder político de la zona. Nuestro país, no ha sabido resolver a su favor, cada golpe dado por el monarca, pues arrastramos el problema de la antigua colonia, que se encuentra en el limbo jurídico bajo el protectorado ficticio de las Naciones Unidad (no en vano es la misión de paz más perdurable en el tiempo).
Con la entrada del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, con nocturnidad y alevosía en nuestro país ha puesto en membrete las chapuceras políticas internacionales que tenemos, pues ni corto, ni perezoso, el dictador abrió sus fronteras de la Ciudad Autónoma de Ceuta y dejó libre el tránsito de sus ciudadanos, transgrediendo cualquier acuerdo internacional, permitiendo que unos 8000 súbditos suyos invadieran el territorio, alentados por el propio régimen con falsas expectativas, poniendo en peligro a los hijos de su patria, y que como vemos poco le importa, si de esta manera incrementa su poder en la zona. Pues si bien, las reivindicaciones del pueblo saharaui son completamente legítimas, no así sus dirigentes, convirtiéndose igualmente en dictadores de su propio pueblo, manteniendo con mano de hierro sus propias directrices para su beneficio. Ejemplos hay a lo largo de sus orígenes en 1968, conocido como Organización Avanzada para la Liberación del Sáhara (OALS), y posteriormente se llamó Frente Popular por la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, y tras años de conflicto, en el año 2020 declaró el alto el fuego en respuesta a la intervención de unidades marroquíes para expulsar activistas saharauis. El Frente Polisario asesinó y secuestró a decenas de españoles, siendo uno de los más sangrientos el 28 de noviembre de 1978, cuando activistas saharauis asaltaron el barco pesquero “Cruz del Mar” y asesinaron a siete tripulantes, salvando la vida tres de ellos porque se arrojaron al mar. Todos ellos eran oriundos de la isla de Lanzarote. Como se puede ver el fin no justifica los medios, y la violencia engendra violencia. Un problema enquistado de difícil solución si una de las partes no pone soluciones.
El dictador utiliza a su gente como moneda de cambio para conseguir más financiación por parte de la UE, que al igual que Turquía, compra para poder contener el flujo migratorio con miles de millones de euros, que como vemos utiliza para el chantaje en su propio beneficio. A lo largo de este año en el archipiélago canario se ha incrementado en un 150% la llegada de inmigrantes ilegales, y a la espera de que aumente, pues por experiencia cada vez que surge una crisis entre España/UE, el señor Mohamed VI permite la salida desde sus costas desde Tantan, hasta el cabo Bojadour (frontera con Mauritania) de miles de inmigrantes que, a pesar del peligro de la travesía marítima, quieren llegar a nuestras costas.
El sistema de acogida está colapsado, estando al límite de la ocupación, y teniendo en cuenta que tanto el pacto entre Marruecos y España del año 2007 para la devolución de los menores no acompañados (MENAS), nunca y digo nunca se ha llevado a cabo. Por lo tanto, para que sirve todo esto si realmente no se hace nada. La situación de las islas se verá agravada con la entrada masiva, un peso que no puede soportar, pero que, si se aplicara la Ley de Extranjería, como los Tratados Internacionales, dejaría de existir el continuo chantaje de semejante personaje ¿Por qué de esto no habla nadie? No es más fácil buscar una solución a los MENAS en el país de origen, en vez de distribuir el problema por todo el territorio nacional. Ya que una vez que cumplan la edad de 18 años, y dejan de ser tutelados por la administración, son literalmente abandonados a su suerte, con los problemas de integración que ello conlleva (marginalidad, falta trabajo, delincuencia…).
Si piensan que con el procesamiento del líder del Frente Polisario, y su salida del país, esto va a terminar, se confunden, el régimen Alauita seguirá coaccionando para conseguir su fin, debilitar el Estado Español y sus alianzas para ganar poder geoestratégico en la zona.