Los servicios jurídicos de la cámara apoyan una comisión de investigación sobre las tarjetas black del rey emérito. Si revisamos la hemeroteca fueron varios los miembros del gobierno (PSOE) que en su día afirmaron que su grupo político apoyaría esta comisión de investigación siempre que los letrados de la cámara dieran su visto bueno.
Textualmente: “si evidentemente los letrados consideran que la materia que se pretende tratar no puede ser por acciones legales nosotros los respetaríamos, nosotros vamos a hacer lo que nos digan los letrados de la cámara”.
Vamos a ver, hay que dejar de manipular a los ciudadanos. El PSOE ha hecho exactamente lo que decían los letrados de la cámara, en concreto lo que decían el año pasado, lo contrario de lo que dicen ahora, ¿es eso contradecirse? No. Es hacer política “vintage” (palabras del gran Wyoming, un genio).
Para el PSOE votar en contra de esta comisión significa no poner en riesgo nuestras instituciones; buena argumentación ya que según los socialistas no es labor del congreso fiscalizar ni al rey ni a la casa real. No sé qué pensar. En palabras de Margarita Robles – la que se lleva el bocata al congreso pues se define persona no muy afín a los bares y restaurantes- el paso hacia delante del partido “socialista” es evidente: “creo que cuando hay quien pretende investigar al rey Juan Carlos debería de hacerlo de otra manera pero no se puede tratar de estar cuestionando nuestras instituciones y en una democracia solida no es bueno que las instituciones sean cuestionadas”. Lo que a uno le lleva a pensar que si una institución es realmente solida no tendría que ser cuestionada o investigada, y por supuesto no tendría que tener miedo a rendir cuentas en una comisión del congreso, que es “donde reside la soberanía del pueblo”. Quizá me equivoque y puede ser que el PSOE tenga razón cuando dice que hay que protegerla porque es cierto que citar al “emérito” a declarar en el congreso podría poner en peligro a las instituciones y a los políticos del PP y PSOE, cómplices en sus chanchullos.
Mientras tanto su socio de gobierno, UNIDAS PODEMOS, mantiene que investigar los tejemanejes del emérito es precisamente eso, defender las instituciones. Y no entienden como, ante unas actuaciones completamente inmorales del rey, un partido como el PSOE se alinee con la derecha más extrema, ósea, VOX.
Todo esto huele a cloaca de estado. Ahora de lo que se trata es de esconder al elefante donde sea. Este país se define por unas instituciones democráticas que atufan a “corrupción” las mires por donde las mires.
En el PSOE siempre se ha querido recurrir al falso argumento de la moderación y la institucionalidad en casos como el del rey “emérito”. Mientras tanto toman a los ciudadanos como rehenes prometiéndoles en elecciones una política que se dice ser social pero que, una vez en el poder, siempre defiende los intereses de las grandes empresas, los conglomerados económicos y parte del sistema público de funcionarios, muy cercano a su ideología moderada de centro izquierda (buenos sueldos, excelentes prejubilaciones y amiguismos intencionados).
Si a todo esto le sumamos la presión de la vieja guardia (González, Bono, Guerra, etc…) está claro que al partido socialista no le interesa rebuscar entre la basura. Posiblemente saldría mucha de ella de la propia boca del emérito, que en el fondo, los tiene a todos agarrados por los cataplines.
Mientras tanto, otros asuntos mucho más importantes se desvanecen en la opinión pública: salario mínimo, sanidad pública en condiciones, ayudas a la pequeña y mediana empresa en esta pandemia, control de las eléctricas, subida equitativa de impuestos,… nada nuevo en el mapa político de este maltratado país: tuya, mía, gol.
Menos mal que la mayor parte de la gente es cojomuda. Fiarse de todos estos iluminados seria nuestra mayor desgracia.