Alguna vez he comentado en este magazine lo importante que es revisar la bendita hemeroteca para confirmar la manipulación que se hace de las palabras y los gestos en el mundo político. No es lo mismo la teoría que la práctica. Si no que se lo pregunten a Pedro Sánchez, el hombre que argumentaba que nunca pactaría con Podemos pues sería imposible que pudiera dormir por las noches. Sin embargo, no ha pasado mucho tiempo y hemos comprobado que duerme perfectamente en un gobierno de coalición con la formación morada. De todas formas, este no es el tema que quiero tratar en esta columna.
Hace unos días el expresidente J.M. Aznar trato a Pedro Sánchez como un “tonto útil”. Como podemos comprobar es una gran aportación al debate político con gran calado intelectual y expresa muy claramente cuál es la desesperación de una derecha que no quiere asumir una realidad mucho más democrática que su propia ideología: han perdido las elecciones y no quieren ni entender ni asumir su propio papel que es el de sentar las bases para poder ser una alternativa clara para llegar a gobernar de nuevo. Hablando de tontos inútiles, quizá el trilero de la Azores tendría que mirárselo cuando formo parte del trió de Las Azores; debió de ser muy inteligente el apoyar una guerra basada en mentiras, una guerra que provocó 100.000 muertos solo durante la invasión, y más de 500.000 muertos a lo largo del conflicto.
Y hablando de víctimas de ETA y de traición a los muertos, de nuevo el trilero y su discípulo – el chico del máster- meten la pata hasta el fondo. La hemeroteca es la leche. Estos grandes aladares del liberalismo, en cuanto tienen la oportunidad, hacen sistemáticamente lo mismo: criticar a la izquierda por su postura con respecto a Bildu y poner sobre la mesa sus muertos, como si nunca hubiera habido muertos socialistas. En su día, J.M. Aznar no tuvo ningún problema en acercar 130 presos de ETA al país vasco y de llamar a esta organización terrorista Movimiento de Liberación Vasco cuando todavía mataban y asesinaban sin ningún miramiento.
Otro de los temas es la crítica y debate interno dentro de las propias filas del PSOE. Tanto el señor X (Felipe González) como su mano derecha (Alfonso Guerra) han puesto a caldo a Pedro Sánchez. A esto se han sumado varios barones territoriales, que si militaran en otro partido como el PP nadie notaria la diferencia. Lo que están demostrando estos personajes con sus declaraciones es una deslealtad a su propio partido sin parangón. No contentos con haber perdido las primarias apoyando a Susana Díaz no se dan cuenta que los tiempos del bipartidismo son cosa del pasado. Mientras nuestra democracia ha madurado parece ser que los antiguos dirigentes no asumen que ese poder absoluto que desarrollaban antaño, sustentados por los partidos nacionalistas de derechas, ha pasado a la historia. No estaría de más una revisión a fondo de sus ideas políticas, especialmente de ese expresidente que, utilizando fondos reservados del estado, utilizo las mismas formas violentas que aplicaban los terroristas.
Lo de Alfonso Guerra – recordaran a su hermano, utilicen al hemeroteca- con “el nudo en la garganta” no tiene más recorrido que el que él mismo sufrió en sus carnes cuando González lo aparto del poder y lo encerró en el armario. “Quien se mueve no sale en la foto”. Y tanto.
Ojala tomaran nota del proceso interno que se ha producido en su propio partido, que se dejaran de cantos de sirena y que asumieran el relevo generacional que ya empezó en la época de Zapatero y que ha continuado con Pedro Sánchez. Lo demás es ruido mediático.
Lo mejor sería que todos estos se aplicaran aquel refrán que dice “no busques la paja en el ojo ajeno, mejor mira la viga que tienes en el propio”.