La noticia salto a los periódicos hace unos pocos días: a un militar de 57años, fallecido- según defensa- “en acto de servicio” durante la pandemia, se le ha reconocido una pensión de un 200% para su viuda y familia. Se da la circunstancia de que el militar pasaría al año siguiente a la reserva, es decir, con 58 años te quedas en casa sin trabajar pero cobrando de las arcas del estado. España gasta 567 millones de euros al año en pagar a los militares en la reserva, donde miles de altos mandos reciben gran parte de su sueldo sin prestar ningún servicio.
Según el diario El País “el subteniente no había participado en las tareas de desinfección, traslado de enfermos e incluso de cadáveres que acometieron las Fuerzas Armadas en la operación Balmis”. Y añade, “Tampoco se ha producido hasta la fecha, según fuentes de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, ningún reconocimiento de este tipo en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”.
Por otro lado, otra de las noticias ha sido que varias aseguradoras han creado un seguro que pagará 30.000 euros a las familias de los sanitarios fallecidos. Textualmente la noticia dice: “el colectivo cubierto será el personal médico, de enfermería, auxiliares y celadores, tanto de la sanidad pública como de la privada. También incluirá a quienes trabajen en ambulancias y en residencias de ancianos”.
Otros colectivos donde habrá fallecimientos por haber estado expuestos al virus no van a tener el mismo reconocimiento, y su muerte no será considerada “actos de servicio”, entre los que se incluirán trabajadores de supermercados, taxis, locales de hostelería, tiendas de alimentación,..Sus familiares van a tener que conformarse con la pensión que le corresponda según lo cotizado en su vida laboral.
Llama especialmente la atención el distinto baremo con el que se mide la vida laboral de las personas en España. Desconozco cuál es la política en estos casos en los distintos países europeos, pero no estaría de más reclamar que esa medida de cobrar el 200% de pensión se apliquen a todos los colectivos. Hay obreros que mueren en las obras, camioneros en las carreteras, pescadores en el mar, operarios en las fabricas, agricultores trabajando sus tierras, etc.., que están realizando un “gran acto de servicio” a nuestro país y que , ni de lejos, sus familias van a cobrar esa pensión del 200%. Si acaso un seguro de vida, si es que lo tienen contratado. Los privilegios de ciertos colectivos desgastan la moral de la población y deslegitimizan los sistemas democráticos.
Un sistema que protege a unos sectores y olvida las dificultades por las que pasan otros, está abocado a fracasar. No es de extrañar el descontento generalizado que cada día invade a muchos ciudadanos, ciudadanos que no tienen esperanza en recuperar sus trabajos o poder mantener abiertos sus negocios. Mientras la deuda del país alcanza máximos históricos, se siguen tomando medidas de forma totalmente discriminatorias hacia una parte de la población que, por desgracia, no tiene la misma consideración que se les da a distintos organismos del estado, especialmente el ejército.
