La ONU declaró en el 2011, el 30 de julio como el Día Internacional de la Amistad, una forma de conseguir la paz, y una herramienta de acercamiento y armonía entre los pueblos y dentro de ellos.
La génesis de este día la encontramos en Puerto Pinasco (Paraguay), donde en 1958 un grupo de amigos se reunieron para celebrar el Día del Árbol. El Dr. Artemio Bracho, que era el director del Hospital del Instituto de Previsión Social en Puerto Pinasco pensó que, si ya existía el Día del padre, de la madre y del árbol, como no instaurar un día que festejara la amistad entre las personas. Ese mismo año, se celebró la Primera Semana de la Amistad del 21 al 27 de julio en Paraguay. El Gobierno de Paraguay, fue haciendo las gestiones para que este día se transmitiese a otros países de América Latina (a instancias del Ministerio de Educación y cultura) y al final llegó a la ONU.
Actualmente, no se celebra el mismo día en todos los países: argentinos, brasileños y uruguayos, celebran el 20 de julio el Día del Amigo; mientras que en España y Paraguay lo celebran el 30 de julio. Otros países como La India, lo celebran el primer domingo de agosto.
Yo reflexiono sobre las amistades a lo largo de mi vida, y me doy cuenta de cómo en mi adolescencia y juventud, divinicé o tuve en un pedestal a personas que cuando vinieron mal dadas, no estuvieron. No eran amistades reales, eran compañero/as de juerga, que lo pasábamos de miedo, pero nada más. Y a mí, me vinieron muy mal dadas, no voy a culpar a nadie, en algún momento yo no me lo monté bien.
De ese tipo de experiencias, sacas muy buenas conclusiones. Quien te aporta y quién no. Quien está y quien se aleja porque no le aportas tú con tus problemas. Cuando tienes 20 o 25 años el dolor es inmenso, te ves solo, y esas personas que tu creías tus amigo/as del alma, de repente entiendes que no están a tu lado en los momentos difíciles.
Hoy día, prácticamente no tengo amigos de verdad (los cuento con una mano). Pero no me importa. Y mira que soy una persona abierta, discreta y con don de gentes, pero mi confianza absoluta está depositada en mi santo y en una amistad que recuperé hará unos 3 o 4 años, y que se ha convertido en uno de los pilares de mi vida.
Siendo muy niña, en la EGB, tuve mucho roce con una compañera del cole; éramos muy parecidas: gamberras, deslenguadas, sinvergüenzas… Ella debía ser peor que yo, porque de 7ºB la pasaron a 7º A, que iba por apellidos, y era donde yo estaba. Nos tirábamos todo el día pasándonos notitas cuando el profe o la monjuela de turno no se daban cuenta. El tiempo pasó, fuimos al instituto, nos separamos, luego la universidad… en fin, un poco lo normal.
Esta es la amistad que, tanto ella como yo, hemos recuperado tantos años después. No creo que estemos un día sin hablar. Sin mandarnos un whatsapp, un audio… sin contarnos nuestras cuitas… sin apoyarnos. Yo prefiero ir a Astorga y estar en su casa que en la mía. Sé que siempre está ahí, que no me abandona. Nos hemos enfadado dos veces en este tiempo, y hemos tardado una semana en ponernos en contacto, las dos pidiéndonos perdón como dos corderas.
Te quiero geme. Eres un premio.
Para ti, E.U. Feliz día de la Amistad.