Desde hace años, muchos viernes y sábados por la noche, mi santo y yo, nos hacemos un pícnic informal para cenar y nos vemos una buena peli. Unas veces la sacamos de Netflix o deMovistar, y otras como ayer, tiramos de nuestra colección de DVD´s(ahora ya no compramos ni uno, pero hubo unos años que fuimos coleccionistas de grandes clásicos). Cantidad de veces yo me quedo frita…
Ayer elegí “Alguien voló sobre el nido del cuco”, yo creo que esta es la tercera vez que la veo; de la primera vez, ni me acuerdo, la segunda fue cuando la compré hace unos 11 años, y ayer fui consciente de la cantidad de detalles de los que no me acordaba.
La película merece unas letras.
En Filmaffinity, que seguramente sea la web más importante de todas, dedicada a puntuar y realizar críticas, este film tiene un 8,3; para hacernos una idea, la película que encabeza el ranking es “El Padrino” con un 9, y en segundo lugar “El Padrino II” con un 8,9. Está muy bien considerada.
Dirigida por Milos Forman en 1975, y protagonizada de forma impecable por Jack Nicholson, es una de las pocas películas que ha conseguido los 5 más importantes Oscar de la academia: Mejor Director, Actor, Actriz, Película y Guión adaptado. Además de muchos otros premios internacionales.
Está basada íntegramente en la novela del 1959 de Ken Kesey , uno de los escritores míticos de la cultura underground. Kesey escribió esta novela, basándose en sus experiencias en una institución psiquiátrica, en la que fue voluntario para experimentos con drogas psicodélicas (LSD, peyote, mescalina, etc.)
Los derechos de la obra fueron comprados por el actor Kirk Douglas, pero no tuvo éxito a la hora de encontrar una productora que financiara el proyecto. Cedió los derechos a su hijo Michael, quién si pudo conseguir que el proyecto se llevara a cabo, y encontró a Nicholson como actor ideal para encabezar el reparto.
“Alguien voló sobre el nido del cuco” nos trae a Randle McMurphy, un personaje irreverente, rebelde, que se enfrenta a una condena de prisión, y para tratar de evadirla, se hace pasar por loco. Le ingresan en una institución psiquiátrica, donde se encuentra la enfermera Ratched, mujer dura e intransigente, y a la que McMurphyle hará frente sin tapujos y con poca vergüenza, y a la que se niega a obedecer.
Independientemente de la actitud de Randle McMurphy con respecto a las autoridades de la institución psiquiátrica, es un soplo de aire fresco con respecto a los internos. Él ve como sus compañeros actúan sin libertad, y les hará despertar esos deseos de libertad, de sexo, de disfrutar…Yo vislumbro por parte del protagonista: amistad, camaradería, generosidad. También mucha sinvergonzonería; pero en un momento dado, no deja tirados a sus compañeros.
Al final, Ken Kesey en su novela, deja en entredicho el sistema psiquiátrico americano. Y, por otra parte, en medio de esta locura, y de esta “sinrazón”, no podemos olvidar que los pacientes psiquiátricos, sienten, sufren y desean.
La película se puede definir como tragicomedia.
Al final prima el poder del sistema. A McMurphy se lo quitan de en medio (lo lobotomizan) y todo vuelve a la normalidad.
Absolutamente recomendada: 129 min de gloria.