En la historia de la literatura, han sido varios los lugares que los escritores se han inventado para darles un lugar a sus personajes. Lo mismo ha sucedido con las imágenes capturadas con una cámara y tratadas después digitalmente.
Ningún mapa de estos mundos es real, todo es fruto de la imaginación que cada cual desarrolle en algún momento. Se trata de hacer una apuesta visual que contrapone fotos de manera digital para crear nuevos escenarios donde se busca la belleza de lo irreal.
Si existen mundos imaginarios que vuelan a su aire son los de los niños. Cualquier espacio es especial para evadirse, los niños crean la cuarta dimensión en ese contexto usando la combinación de fantasía y ficción.
Hay un artista, Erik Johansson, que tiene un gran talento para crear este tipo de escenarios. Destaca por su amor a la naturaleza y extrema sensibilidad. Sirvan estas imágenes como un pequeño homenaje a esos creadores visuales que nos hacen ver el mundo como lo ven los niños cuando sueñan. Y que puedan seguir soñando.