Por Ángel Fernández.
Recomendar un libro es difícil. Hay que tener cuidado: a veces, las recomendaciones son más peligrosas de lo que pensamos. No en este caso.
Quién de nosotros no ha comprado en alguna ocasión en ese monstruo tecnológico llamado Amazon. Lo que en un principio surgió como un portal para la venta de libros se ha convertido, después de veinte cinco años, en un duro retrato de la mayor tienda del planeta.
Un periodista de ‘The Guardian’, James Bloodworth, realizo un trabajo de investigación sobre lo que se esconde detrás de Amazon. Durante seis meses trabajo como “mozo de almacén”en una de las sucursales de Amazon en Gran Bretaña, en concreto Teknautas, una pequeña localidad de 18.000 habitantes al norte de Birmingham donde Amazon emplea a unas 2.500 personas.
Durante estos meses experimento en su propio cuerpo lo que es trabajar para esta multinacional tecnológica. De esa experiencia surgió el libro Hired: six months undercover in low-wage Britain (Contratado: seis meses encubierto en la Gran Bretaña de sueldos bajos). He aquí algunos de los extractos de este libro:
“Cada uno de nosotros lleva un dispositivo electrónico en la mano que informa de nuestros movimientos. En un lugar desconocido del almacén, un jefe de sección a cargo de diez o doce operarios está tecleando órdenes en su ordenador. Unas instrucciones que terminan por llegar a nuestros dispositivos: «Por favor, diríjase al mostrador de recogida ahora mismo» o «Su índice está siendo más bajo durante la última hora. Por favor, vaya más rápido». Nos encuadran en un ranking según la rapidez con que recogemos los artículos de los estantes y llenamos los cofres. Por poner un ejemplo, durante la primera semana me hicieron saber que, atendiendo al índice de productividad, yo estaba en el 10 por ciento inferior.”
“Casi todas las normas tienen que ver con el hurto. El cruce de los arcos metálicos de seguridad puede llevarte 15 minutos, que no te pagan”
“Existe un eufemismo para casi todo. Al almacén lo llaman ‘centro de realización’. Tampoco hay jefes ni trabajadores: todos somos asociados. Si te despiden, te ‘liberan’”
“En mi primer día me dijeron: «Jeff Bezos es un asociado, como tú». Da igual que él gane miles de millones de dólares y sus empleados sobrevivan con el salario mínimo”.
“Al poco rato de entrar a trabajar en este lugar descubres que el aviso «nunca hay que correr» no tiene un sentido literal. Se trata de la ilusoria prohibición de algo que resulta imprescindible si no quieres que te pongan en la calle. Estás obligado a apresurarte, y mucho, si quieres cumplir. De forma parecida, está permitido hacer pausas para beber agua, pero alejarte en busca de un surtidor implica correr el riesgo de ‘ociosidad’, otra infracción que siempre están recordándote.”.
Como podéis comprobar Amazon es quizá el mejor reflejo de la que se nos vienen encima. Si las librerías de tu barrio han cerrado aquí está la respuesta, si no encuentras un trabajo digno y reenumerado en condiciones aquí está la respuesta.
Lo más curioso de todo esto es que dicho libro se vende, o vendía – hoy he tratado de encontrarlo sin ningún resultado- en Amazon (en versión inglesa). Desconozco si alguna editorial española lo comercializa.
Si estáis interesados en su lectura preguntar en alguna librería del barrio, como por ejemplo El Progreso de Astorga, quizá lo encuentren.